Que el inglés es la asignatura pendiente de los españoles no es ninguna novedad. Nuestro país está a la cola de los países de habla no inglesa. Según el CIST, un 61,4% de los españoles no es capaz de hablar ni leer y escribir en inglés. Además, una encuesta de la OCU apunta que una de cada tres personas que ha estudiado idiomas extranjeros no está de acuerdo con los conocimientos y el nivel adquiridos. De ahí que cada vez más personas aprovechen el verano para realizar cursos ingles extranjero que les permiten avanzar más rápidamente en su dominio de otras lenguas.

Esta necesidad de aprender inglés ha disparado la creación de academias de idiomas en España. En tres años ha aumentado un 33% y en España ya hay alrededor de 4.000 centros, según cifras de la Federación Española de Centros de Enseñanza de Idiomas. A esto habría que añadir las muchas empresas que se han especializado en ofrecer cursos ingles extranjero, formación fuera de nuestras fronteras en países de habla inglesa.

Lo que parece quedar en entredicho es la formación que algunas de esas escuelas ofrecen. La Asociación de Centros de Enseñanza de Idiomas de Andalucía, ACEIA, ha advertido ya sobre la proliferación de fraudes. Ha lanzado una campaña junto con la Unión de Consumidores de Andalucía en la que se alerta de “una serie de escuelas y pseudoescuelas de idiomas que ofrecen precios muy competitivos pero formación de escasa calidad y pocas garantías de éxito”. Denuncian también competencia desleal.

Estas ofertas suelen dirigirse sobre todo a adultos, ya que los niños no tienen urgencia en aprender el idioma. Los universitarios y profesores necesitan una titulación tanto para obtener su título como para poder ejercer su profesión, de ahí la urgencia con la que muchas personas buscan centros de idiomas.

La mejor forma es dedicándole tiempo al inglés, en un centro que de garantías, que esté acreditado, y si es posible compaginándolo con cursos ingles extranjero o experiencias en países de habla inglesa.